Calendario Trabajadoras Cooperativistas 2021

En el Día Internacional de la Mujer, desde el Comité de Equidad de Género de Cooperar compartimos el CALENDARIO «TRABAJADORAS COOPERATIVISTAS 2021».

Se trata de un saludo y un homenaje del CEGC a esas trabajadoras que este 8M están en sus labores esenciales para la vida. Sus tareas son tan invisibles como necesarias.

Por eso, en el Día Internacional de la Mujer decimos «TRABAJADORAS SOMOS TODAS». Avancemos profundizando los valores cooperativos de la equidad, hacia la inclusión laboral, sin discriminaciones y en cooperación.

A su vez, queremos destacar en cada mes efemérides de conquistas de derechos, natalicios de notables y fechas nuestras que recordamos y celebramos.

Si querés recibir el calendario en formato para imprimir, escribinos a genero@cooperar.coop

Una mujer de avanzada

El Comité de Equidad de Género recuerda a Lelia Sarmiento, quien fuera una cooperativista ejemplar. En enero se cumplió un año de su desaparición física pero su legado sigue más vigente que nunca. 

Por Susana Gerszenzon*

La vida de  nuestra compañera Lelia Sarmiento fue tan larga, rica  y valiosa, que no es tarea  fácil  resumirla, pero bien vale la pena el intento. Nació un 16 de enero  en la provincia de Corrientes, en la pequeña  localidad de Santo Pipó, y vivió más de 80 años en los cuales creció personal y profesionalmente de manera constante. Podemos decir sin dudas y con orgullo que fue una mujer de avanzada. Leer más

«Sentí que en esta organización y en estas acciones unía el decir con el hacer»

El primer acercamiento de Alejandra a la idea del cooperativismo data de su primera infancia, por cuanto proviene de una familia de productores cooperativistas. Sus abuelos paternos, David y María Argina, habían fundado en 1939 junto a otros productores vitivinícolas de Nonogasta, en Chilecito, La Rioja, Sociedad Nacarí Cooperativa Agrícola e Industrial de Nonogasta Limitada.

Su padre se había asociado cuando ella muy pequeña; y por esto que se socializó en valores y principios cooperativos, aprendió el significado de las decisiones democráticas adoptadas en Asamblea, la importancia y la responsabilidad social que implica ocupar cargos electivos, porque las decisiones que se adoptan impactaban en el conjunto de los miembros. Una vez al año, recuerda, acompañaba a su familia a la “Asamblea”, esa reunión anual en la que participaban los mayores, mientras los chicos aprovechaban para jugar. Cuando escuchaban aplausos sostenidos, y voces que se alzaban con alegría y expresiones de algarabía, sabían que había llegado la hora de ir a comer el asado, en una mesa larga donde compartían con abuelos, padres, tíos, hermanos, amigos. Alejandra relata “cuando fui creciendo supe que el festejo se debía a que habían terminado la reunión anual, habían rendido cuentas e informados a los asociados y se habían elegido nuevas autoridades”. Leer más

Trabajadora, defensora y militante del movimiento cooperativo

Nélida Aurora López nació el 9 de diciembre de 1938 en la Ciudad de La Plata. De extensa formación profesional, recorrió varias casas de estudios para capacitarse técnicamente y llevar a cabo su deseo de cooperar e incluir a los más necesitados.

Realizó sus estudios primarios en la escuela Rural N° 83, su secundario en el Normal Nacional N° 1, un terciario en Fonoaudiología y finalmente llevó a cabo su carrera universitaria convirtiéndose en Abogada en el año 1979. Posteriormente, en el año 1981 realizó un posgrado que la trasformó en Especialista en Derecho de la Empresa.
Desde siempre tuvo claro su deseo de ayudar al prójimo, y la conjunción de su formación y sus metas personales, se materializaron en la constitución de la Cooperativa de Trabajo Las Diagonales Ltda. el 4 de noviembre de 1986. La misma nació a partir de la suma de voluntades de un grupo de docentes, abogados y contadores vinculados a jóvenes con discapacidades, que encontraron en la figura cooperativa un mecanismo de inclusión social y laboral. Leer más

Ana no duerme

Doña Anita, Anita, o simplemente Ana, aunque ella reniega del doña porque cree y practica la horizontalidad entre los pares. Verla es presentir que su rostro fue surcado por compromiso y al conocerla, sabes que te va cautivar. Y se transforma en un ejemplo a seguir, a aplaudir de pie. Comprendes parafraseando a Fito que Ana vino a ofrecer su corazón.

Por Antonela De Baere y Sofía Bauzá (Fecofe)

Ana María Barcena tiene 69 años, vive en Volcán (Jujuy), localidad conocida como el pórtico de la Quebrada de Humahuaca. Volcán tiene encanto, calma, mixtura de cerros áridos y verdes. Un pueblo que nos recuerda que hubo un tiempo de ferrocarriles, de otra Argentina.

La vocación de Ana ha sido el prójimo, siempre al servicio de una causa: transformar el capitalismo en algo más humano. Ana, junto a otros agricultores familiares, fundó y dio vida a espacios cooperativos, gremiales, instituciones, que visibilizaron a estos sujetos, esos que aman su terruño como nadie. Esos campesinos a los que la naturaleza les presentó lo inhóspito y sin embargo producen respetando la Pachamama porque se sienten un elemento más de ella, no son extractivitas. Una de esas cooperativas es la “Agropecuaria y Forestal Esperanza Ltda” formada con el objetivo de fomentar el cultivo de amaranto para el desarrollo humano y combatir la desnutrición infantil abarcando las provincias de Salta y Jujuy.
Ana posee coherencia ideológica entre lo que hizo, hace y predica. Dentro de su militancia ha sido miembro del Partido Socialista Revolucionario, tuvo un nombre de guerra “Rosa”, como “Rosa de Luxemburgo”, fue mujer de armas tomar, no fue ajena a la violencia política y a la oscura noche dictatorial. Por eso se tuvo que ir del país. La primera advertencia fue cuando cerraron la carrera que ella había escogido “Antropología Social” en La Plata. Alguna vez me contó que vendían ajo para financiar la militancia, disfrutaba de ir al cine y ver esas películas que hoy son clásicos: “La clase obrera va al paraíso”.
La juventud es inagotable en ella. Hoy es productora tambera, transforma la materia prima en diferentes productos, la finca se llama Laguna Seca, porque otrora había allí una laguna donde desde muy pequeña aprendió a nadar con sus hermanos. Compartí con Ana extensas charlas, apreciar esa condición humana, esa filosofía de vida donde está siempre pensando en la organización, en hacer algo para unir esfuerzos y mejorar la calidad de vida. Ese es el sentido de vida de Ana, construir organización, militar, cooperar.
Vivir en Jujuy no es fácil, aunque es una provincia rica en recursos y en capital social, la política no los ha beneficiado en el desarrollo.
Ana los sábados viaja desde Volcán hasta Tilcara (42 km), a vender sus productos: leche, quesos, quesillos, ricota, sin aditamentos, ni conservantes, todo es natural, su queso se encuentra en el menú de algunos restaurant como “Barcena”. ¿Quiénes son sus clientes? Locos lindos, gente del lugar, que hasta la esperan en la ruta para comprar; a veces se cruza con otros campesinos que la abrazan como si fuera un Dios.
La elijo a Ana, porque es militante social de primera hora, en lo político, en lo gremial, en lo cooperativo, no se atornilló a ningún puesto, por el contrario siempre fomentó el crecimiento de los jóvenes. Testimonios de ello son Yanet, Huguito, Fabiana, Hilde e incluso en su anecdotario hay que agregar que organizaron un campamento juvenil en su casa con más 50 jóvenes rurales de todo el país.
Ana se parece a Chavela Vargas, con su pelo corto y blanco, así como Chavela cantaba, Ana le canta las cuarenta a quien sea. Ese rasgo le valió enemigos y admiración.
He escuchado a Ana a orillas de una chimenea mientras cenábamos en su casa, esas casas de campo amplias de techos de paja, paredes de adobe, la escuchaba y me decía hacia adentro, “es necesario contar la historia de una mujer cuya huella y ejemplo es inspirador”, más conoces a Ana, más te enamoras.
Ella que desde pequeña le hablaba a la “Hija del viento”, ella que se acuerda de su madre bajando del cerro con la pala, ella que en el exilio se ganó la vida construyendo parrillas, plantando verduras, hasta llegó a Praga y pidió el plato más raro que resultó ser puchero. Ella que extrañaba los cerros y sus amigos en el exilió no la comprendían. Ella que casi se muere de la emoción cuando en Barcelona fue a escuchar a Mercedes Sosa como tantos otros exiliados y el primer tema que cantó fue “Doña Ubenza”, canción que representa a Jujuy en su aspecto místico.
Sí les digo que esta mujer es una celebridad es poco. Ana «no duerme», es una mujer informada, trabajadora, militante social, con un corazón gigante. Todos deberían conocer y aprender de Ana.